Las 71 estaciones con las que la Xunta controla la calidad de aire han localizado cuatro puntos negros en Galicia. Los medidores de la Consellería de Medio Ambiente detectaron emisiones demasiado elevadas de sustancias tóxicas en el entorno de la empresa de aluminios Alcoa, en Xove (Lugo); de la maderera Finsa, en Santiago; de la papelera Ence, en Pontevedra, y de la central de Fenosa en Meirama (A Coruña). El dióxido de azufre, el ozono y las partículas en suspensión que salen por las chimeneas de estas industrias superaron en 2006 los límites legales.
Los datos recogidos en 2006 por la red de control de la calidad del aire revelan que la factoría de Alcoa en San Cibrao (Xove) emite dióxido de azufre por encima de los límites establecidos por la ley para proteger la salud de los vecinos y el ecosistema del lugar. Esta sustancia es una de las principales responsables de la lluvia ácida y, según información suministrada por la Consellería de Medio Ambiente, cuando se encuentra en concentraciones altas agrava enfermedades respiratorias y cardiovasculares y provoca irritación en los ojos. Los compuestos ácidos que origina esta gas se depositan en la cubierta vegetal, en el suelo y en los materiales de construcción.
El decreto 1073/2002 establece que, para no dañar la salud de las personas, una industria no debe emitir al día más de 125 microgramos de dióxido de azufre por metro cúbico. Según los registros de la Xunta, Alcoa vertió a la atmósfera el año pasado 203. La fábrica de aluminio de Xove rebasa también el límite fijado para proteger los ecosistemas. La norma dice que no se superarán los 20 microgramos de este contaminante por metro cúbico en periodo invernal. La media de este parámetro detectada por Medio Ambiente en San Cibrao es de 32,36.
Alcoa tampoco cumple los límites legales en la emisión de partículas en suspensión. Estas sustancias tóxicas entran en el cuerpo por las vías respiratorias y, según explica la consellería, debido a su pequeño tamaño 'pueden ser transportadas por corrientes de aire a grandes distancias desde su lugar de emisión'.
El decreto 1073/2002 fija un umbral diario de 50 microgramos de estas sustancias por metro cúbico para garantizar la protección de la salud, mientras que en el entorno de la fábrica de Xove se detectaron 58,88. La presencia de partículas en suspensión en el aire supera los límites legales también en el entorno de la celulosa Ence, en la ría de Pontevedra, y de la empresa Finsa, en Santiago. La papelera pontevedresa registra 53,79 microgramos por metro cúbico y la maderera compostelana emite valores que oscilan entre los 76 y los 94.
Medio Ambiente cita 'numerosos estudios epidemiológicos' que han demostrado 'una clara relación' entre los niveles de estas partículas y el número de muertes y hospitalizaciones diarias debidas a enfermedades pulmonares y cardíacas. Estos contaminantes provocan, según la consellería, daños en el sistema respiratorio y alteraciones en la coagulación de la sangre y en el ritmo cardíaco, 'agravando enfermedades de tipo respiratorio y coronario, provocando hospitalizaciones y muertes por asma, bronquitis e infartos'.
Los datos recogidos en 2006 por la red de control de la calidad del aire revelan que la factoría de Alcoa en San Cibrao (Xove) emite dióxido de azufre por encima de los límites establecidos por la ley para proteger la salud de los vecinos y el ecosistema del lugar. Esta sustancia es una de las principales responsables de la lluvia ácida y, según información suministrada por la Consellería de Medio Ambiente, cuando se encuentra en concentraciones altas agrava enfermedades respiratorias y cardiovasculares y provoca irritación en los ojos. Los compuestos ácidos que origina esta gas se depositan en la cubierta vegetal, en el suelo y en los materiales de construcción.
El decreto 1073/2002 establece que, para no dañar la salud de las personas, una industria no debe emitir al día más de 125 microgramos de dióxido de azufre por metro cúbico. Según los registros de la Xunta, Alcoa vertió a la atmósfera el año pasado 203. La fábrica de aluminio de Xove rebasa también el límite fijado para proteger los ecosistemas. La norma dice que no se superarán los 20 microgramos de este contaminante por metro cúbico en periodo invernal. La media de este parámetro detectada por Medio Ambiente en San Cibrao es de 32,36.
Alcoa tampoco cumple los límites legales en la emisión de partículas en suspensión. Estas sustancias tóxicas entran en el cuerpo por las vías respiratorias y, según explica la consellería, debido a su pequeño tamaño 'pueden ser transportadas por corrientes de aire a grandes distancias desde su lugar de emisión'.
El decreto 1073/2002 fija un umbral diario de 50 microgramos de estas sustancias por metro cúbico para garantizar la protección de la salud, mientras que en el entorno de la fábrica de Xove se detectaron 58,88. La presencia de partículas en suspensión en el aire supera los límites legales también en el entorno de la celulosa Ence, en la ría de Pontevedra, y de la empresa Finsa, en Santiago. La papelera pontevedresa registra 53,79 microgramos por metro cúbico y la maderera compostelana emite valores que oscilan entre los 76 y los 94.
Medio Ambiente cita 'numerosos estudios epidemiológicos' que han demostrado 'una clara relación' entre los niveles de estas partículas y el número de muertes y hospitalizaciones diarias debidas a enfermedades pulmonares y cardíacas. Estos contaminantes provocan, según la consellería, daños en el sistema respiratorio y alteraciones en la coagulación de la sangre y en el ritmo cardíaco, 'agravando enfermedades de tipo respiratorio y coronario, provocando hospitalizaciones y muertes por asma, bronquitis e infartos'.
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